ANÁLISIS: THE LAST OF US PARTE II

The Last of Us: Hace siete años comenzó un intenso viaje que terminó convirtiéndose en uno de los fenómenos de su generación, sirviendo además como título estrella para la despedida de PlayStation 3.

A través de una emotiva y brutal historia de acción, The Last of Us y su potente apartado técnico hicieron tambalear la línea que separa videojuegos y cine gracias a la naturalidad y el realismo con el que solamente Naughy Dog consigue plasmar sus obras. Todo esto sin sacrificar ni un ápice el aspecto más importante: la interacción del jugador.

El transcurso de aquella historia y su comienzo, de los más impactantes que se han visto en un videojuego durante los últimos años, desembocaron en un tremendo final abierto que ha mantenido expectante a crítica y jugadores todo este tiempo. Han pasado siete años hasta llegar a este instante, el momento de encarar el análisis de The Last of Us: Parte II. Naughty Dog ha vuelto a repetir la jugada con un gran trabajo que al mismo tiempo sirve una vez más como despedida del estudio a esta generación y a PlayStation 4.

ANÁLISIS: THE LAST OF US PARTE II

Las primeras sensaciones al retomar la historia en esta segunda parte no podrían ser mejores. Comienzas a jugar teniendo muy presente el recuerdo familiar de sus protagonistas y la calidad técnica de la que hacía gala el primer juego (The Last of Us Remastered incluso lo mejoraba) y bastan unos pocos minutos de juego para darte cuenta de que todo se ha potenciado aún más.

Resultan sorprendentes esos primeros compases porque el gran trabajo realizando en PS3 parecía difícil de superar, sin embargo ese inconfundible gameplay fundiéndose casi a la perfección con un ritmo cinematográfico de primer nivel aprovecha las capacidades de PS4 brindando a los ojos del jugador momentos realmente espectaculares.

The Last of Us: Parte II

Centrándonos en las novedades que ha incorporado esta segunda parte, más allá de lo visual, lo primero que llama la atención al movernos son los entornos, ahora un un poco más amplios y elaborados, aunque siguen siendo parcelas de acción más grandes con una única ruta posible.

Resulta interesante destacar que los enfrentamientos con más enemigos, por norma general, siguen manteniéndose en espacios más controlados, dando la sensación de que esta nueva amplitud cumple más como un momento de lucir músculo gráfico mientras avanzamos, algo meramente ambiental, más que como una oportunidad de crear momentos de acción acordes al tamaño de esos espacios abiertos que presentan algunos escenarios.

Los aspecto más importantes, sin entrar ahora en los términos narrativos de su historia, siguen siendo el estupendo sistema de combate y un control que funciona a la perfección. Al igual que ocurrió con el primer juego, equilibra muy bien su atractivo ritmo, siempre variado y emocionante, alternando momentos de acción, sigilo, exploración con pequeñas dosis de gestión de recursos y terror. Las mecánicas de juego han sido ligeramente mejoradas respecto a la primera parte.

Al control de nuestro personaje sumamos ahora varios movimientos: esquiva, salto y la posibilidad de reptar, pudiendo de esta forma aprovechar el follaje del suelo o los bajos de un vehículo para ocultarnos.

El conocido sistema de mejora de armas no ha variado salvando un detalle, ahora se muestra una animación de cada arma mientras son manipuladas por Ellie para mejorarlas, detalle que sirve para recrearnos con el diseño de cada un de las armas potenciando esa sensación de estar modificando nuestro equipo en tiempo real.

El sistema de habilidad del personaje también se ha ampliado con las ramas de habilidades dentro de las distintas categorías disponibles y que vamos desbloqueando durante la partida.

ANÁLISIS: THE LAST OF US PARTE II

A nivel audiovisual posiblemente sea uno de los videjuegos más potentes de esta generación, destacando en este punto los impecables movimientos y las animaciones de los personajes junto a la gran cantidad de detalles que plasma en pantalla. Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención es la animación facial de Ellie, los gestos que acompañan cada uno de sus movimientos, durante un esfuerzo o durante la lucha, generando un nivel de expresividad con un grado de realismo brutal.

Los enemigos muestran nuevos y competentes patrones de comportamiento que combinados con el uso de perros por parte de las patrullas, otra de las novedades introducidas, crean interesantes situaciones dentro del sigilo.

No obstante la eficacia de la IA no es del todo constante y el recurso de los perros no termina de representar el reto que nos gustaría. Aunque sigan nuestro rastro es sencillo evitarlos o deshacerse de ellos como un humano más. Otra novedad interesante dentro de la materia del sigilo es la posibilidad de fabricar un silenciador casero para nuestra pistola cuya efectividad va disminuyendo con el uso.

También es destacable el renovado sistema de daños, el impacto de nuestras balas sobre lo enemigos dejan unos resultados escalofriantes sobre sus cuerpos en función del tipo de arma que utilicemos. En algunos momentos en este aspecto llegó a recordarme al clásico Soldier of Fortune.

ANÁLISIS: THE LAST OF US PARTE II

Sin embargo, a pesar de todo ese apabullante despliegue técnico y un puñado de nodedades, Naughty Dog no ha solucionado aquellos aspectos que raspaban en el primer juego y que volvemos a encontrar en la segunda parte. Vuelve a generarse esa sensación de repetición con la utilización de las mismas mecánicas una y otra vez para superar obstáculos o pasar de una zona a otra: una escalera, un contenedor para subir, las cadenas, un compañero que nos ayuda a impulsarnos…

Esa sensación de mayor amplitud que quieren hacernos transmitir debería aprovecharse también en favor de lo jugable, ofreciendo rutas alternativas y un poco más de imaginativa a la hora de pasar de zona.

La introducción de una cuerda para realizar ciertos movimientos de escalada o descenso en momentos puntuales resulta interesante pero es una habilidad que podría aprovecharse mucho más durante la partida, precisamente como recurso para paliar esta forma de evitar obstáculos o plantear nuevas estrategias.

ANÁLISIS: THE LAST OF US PARTE II

¿Polémica?

La historia de esta segunda parte ha generado polémica. Naugthy Dog ha querido sorprender al público y desde luego, para bien y para mal, lo ha conseguido.

El argumento realmente no es tan malo como muchos lo pintan, de hecho los contrastes y los recursos utilizados resultan interesantes y llegados a este punto entra en juego, valga la redundancia, un factor personal importante así como la irremediable comparativa con The Last of Us.

Este ha sido el problema, superar al primer juego en este aspecto era complicado y The Last of Us Parte II no ha sido tan continuista en el modo de contar la historia como muchos esperaban. En esta ocasión se ha optado por ampliar el universo del juego, introduciendo nuevos personajes y ofreciendo incluso la perspectiva y protagonismo jugable del bando enemigo a consecuencia de las acciones que vimos en el primer episodio.

ANÁLISIS: THE LAST OF US PARTE II

La innovación y las novedades a menudo conllevan sus riesgos y en esta ocasión a Naugthy Dog posiblemente esto ha terminado pasándole un poco de factura. Detalles como la ausencia de un modo multijugador, modalidad entretenida pero prescindible en el anterior juego, así como el hecho de que su historia se alarga un poco más de la cuenta no son factores del todo determinantes.

Sin embargo al competir irremediablemente con la primera parte y con todo sobre la mesa sale relucir el hecho de que nos encontramos ante un gran videjuego que posiblemente no termina de ser una experiencia tan redonda como lo fue aquel primer viaje de Ellie y Joel.